Hoy reseñamos, o más bien citamos apenas un extracto de la vida de Jesús Ramón Bellorín Malaver (1917 – 1994).
«Nació el 21 de abril de 1917 en el pueblo de El Salado, Estado Nueva Esparta. Hijo de juan Bautista Bellorín Tineo y Juana Melquiades Malaver Rodríguez. Desde muchacho trabajó como albañil al lado dc su padre y a los 17 años de edad emigró al Estado Zulia ejerciendo el mismo oficio en las compañías petroleras.
A lo largo de su vida rindió culto especial a la amistad, motivo y protagonista de casi todos sus poemas. Su primo Miguel Bellorín Tineo lo bautizó El Poeta. Vivió cl exilio en Costa Rica en tiempos de la dictadura del Genera] Marcos Pérez Jiménez. Regresó al país antes del fin del régimen y trabajó en la clandestinidad, siendo conocido por sus cumpañeros como «Pikinay».
Le apasionaba homenajear a familiares y amigos en su última morada con sentidas palabras de despedida. Dondequiera que iba, llevaba sus maracas —elaboradas por él mismo— y con las cuales solía acompañar cualquier interpretación musical de esas que nunca faltaban en el entorno familiar.
Sufrió un atentado cl 4 de mayo de 1963 en disturbios que se produjeron con motivo dcl aniversario del «Carupanazo», ocasionándole severas quemaduras en gran parte de su cuerpo logrando recuperarse gracias a su férrea voluntad de vivir.
En una ocasión qué el Dr. Raúl Leoni le preguntó: Bellorín, ¿Que necesitas?, le respondió: – Que me ayude a recuperarme para ser útil a mi familia y a mi país -. Se desempeñó como Fiscal de Rentas en el Ministerio de Hacienda hasta ser jubilado.
El Poeta abandonó este mundo el 1ero. de julio de 1994, pero hasta sus últimos días se le escuchaba decir frecuentemente «Si la vida pudiera compararse con una cosa que al morir naciera, yo estaría muriéndome en el logro de que otra vida para mi existiera».
A propósito de esta reseña, compartimos uno de sus poemas:
PRESENTE
Obligados están los empleados
Feístas jaladores disfrazados
De asistir y loar en manifestación
Al grupo de traidores
Que están conmemorando
Los cuatro años cumplidos
Del golpe de traición.
Ellos van reduciendo
El cerco que aún queda
De alguna que otra cosa
De la Constitución
Se toman el derecho
De abusar de las gentes
Y sumir en la miseria a toda la Nación.
Ya no queda en el pueblo
Esa fibra rebelde
Que nos dio gran renombre
En la Liberación,
Se acabaron los Sucres, los Páez,
Ya no aparece el eco de la Revolución.
¡Pobre Patria! ¡La nuestra!
Que ya no tiene nada,
Se asesina, se mata,
Se tortura inclemente,
Que continúa sufriendo
Con estoico sentido
Defendiendo el derecho
Con firmeza invencible.
¡Ciudadano, estad atento!
Al llamado inminente
Que la Patria oprimida
Está ansiosa a pedir,
De acabar con tiranos
Y esclavistas vendidos
Y rendirlos a tus plantas
Sin clemencia sentir.
JESÚS BELLORÍN (+)
Caracas, 24 de Noviembre de 1952
Agradecemos muy especialmente a nuestra amiga Cecilia Bellorín (hija de Jesús Ramón Bellorín Malaver) y a su familia, quienes nos han hecho llegar esta reseña tal y como aparece en el libro «Poemas de Chucho Bellorín«.