El concepto de «Cadena Lógica«, similar a otros planteamientos basados en la visión de «proceso«, pretende ser un modelo universal, tanto desde un punto de vista cuantitativo como cualitativo, puesto que se puede aplicar con independencia del espacio geográfico y a cualquier categoría de bienes que conformen el repertorio parcial del patrimonio cultural.
Con un planteamiento integrador y multidisciplinar, este concepto sugiere una secuencia encadenada de acciones, lógicamente organizadas. Se trata de un proceso en el que los niveles de intervención en el patrimonio cultural, se relacionan de forma dependiente, con el fin de asegurar resultados obtenidos por vía de un rigor metodológico.
En este sentido, las acciones lógicas de la cadena establecen que el patrimonio se investiga, se protege, se conserva, se difunde y/o somete a procesos didácticos, para finalmente convertirlo en su recurso sostenible.
La secuencia de niveles no impide enfatizar en uno o varios de los mismos o prescindir conscientemente de alguno de ellos, dado que no todos los contextos de actuación son iguales, por lo que habrá que asumir que la intervención se hallará en todo momento condicionada por los antecedentes y por el entorno en que se desarrolla.
Los niveles a los que se hace referencia son descriptivos en sí mismos y en general detallan un conjunto de tareas a ejecutar, tal y como resumimos en el siguiente esquema:

Referencias:
Bermúdez, A., Arbeloa, J. V., & Giralt, A. (2004). Intervención en el Patrimonio Cultural. Creación y gestión de proyectos. Madrid: Editorial Síntesis, S.A.
Leonardo Hernández H.